Principales zonas de España para los recechos de gamo

recechos de gamo

En pleno otoño, pocas semanas después de la berrea del venado, tiene lugar la ronca del gamo, un increíble espectáculo en el que los machos luchan por conseguir convertirse en el macho dominante y mantener viva la especia apareándose con el mayor número de hembras posible.  Los machos adultos marcan su territorio y compiten por el dominio del mismo y por el derecho a cubrir a las hembras.

Los recechos de gamo en estas fechas es una de las más disfrutadas por los aficionados a la caza, precisamente por el hecho de poder localizar a los ejemplares guiándose por los ruidos que hacen.  La ronca del gamo se produce durante el mes de octubre, época en que se pueden cazar los mejores gamos. Eso sí, es recomendable hacerlo durante la primera fase de la ronca, ya que en las últimas semanas la cornamenta de los gamos se encuentra más desgastada a consecuencia de los embistes. Si es posible, incluso antes de la ronca, para asegurarnos de que estará en perfectas condiciones. De lo contrario, podemos encontrarnos con que la cornamenta está fracturada o las puntas rotas.

Cabe destacar que los trofeos del gamo son muy preciados, ya que se trata de un animal que tiene el instinto de supervivencia más desarrollado que otros de la misma familia. Con lo cual, su caza resulta más complicada, pero también más emocionante. Quien piense que se trata de una presa fácil y que su comportamiento parece más doméstico que salvaje está profundamente equivocado.

Puede que al contemplarlo en parques y otros espacios naturales, cuando no se encuentra temeroso de la presencia humana, lleguemos a pensar que el gamo está al alcance de los cazadores noveles o de aquellos que nunca se han adentrado en su caza, pero los más expertos en recechos de gamo saben perfectamente cómo se comporta este cérvido en el medio agreste. En cuanto se percata del más mínimo signo de presencia humana, su mansedumbre se convierte en bravura y astucia. Al contrario de lo que ocurre con el venado, donde son las hembras las que se ocupan de la vigilancia, el gamo es muy receloso y se encuentra siempre alerta para poder huir rápidamente en cuanto se siente amenazado.

Así pues, el gamo juega sus cartas tan bien en el medio natural como cualquier otro animal, haciendo que su caza se convierta en una experiencia emocionante, única e irrepetible.

 

¿Dónde podemos encontrar gamos?

Aunque los gamos ocuparon gran parte de Europa durante el último periodo interglaciar, su población quedó casi reducida exclusivamente a Asía Menor y a parte del Mediterráneo oriental. Sin embargo, a lo largo de los siglos ha sido reintroducida y hoy podemos encontrarla además de en Europa, en Estados Unidos, Perú, México, Chile, Argentina, Sudáfrica, Uruguay, Nueva Zelanda, Australia y las islas Fiyi.

En España, aunque hay zonas del norte en las que podemos encontrar algunas poblaciones de gamo, lo cierto es que las poblaciones más prósperas se encuentran en el centro y en el sur, es decir, en Andalucía, Castilla-La Mancha, Extremadura, Comunidad de Madrid y las provincias situadas más al sur de Castilla y León.

Esta especie prefiere terrenos con orografía y clima suaves, sobre todo las zonas adehesadas, siendo los bosques de hoja caduca relativamente húmedos uno de sus hábitats preferidos, ya que se alimenta de las hojas de este tipo de árboles y arbustos y, en menor medida, de hierbas. No obstante, también es capaz de adaptarse a terrenos más exigentes. Al contrario que otros cérvidos de tamaño similar, no forma manadas, sino que vive en grupos familiares de menos de 10 individuos o, incluso, puede llevar una vida solitaria.

 

Modalidad de caza

Aunque puede cazarse en montería, lo más habitual son los recechos de gamo, llevándose a cabo tanto sobre ejemplares trofeo como selectivos. La razón es que, al igual que ocurre con el muflón, en esta modalidad la valoración del ejemplar que se quiere abatir se realiza de manera tranquila. De esta forma, se reduce la posibilidad de cometer errores en el disparo, al tratarse de una especie que, a excepción de la época de celo, suele ser bastante gregario, lo que dificulta distinguir el ejemplar que estamos buscando.